Con alta probabilidad aún recuerdes a algún profesor en particular que te daba clases cuando eras niño/a o adolescente, un maestro o maestra que te inspiró de alguna forma o simplemente con quien disfrutabas en cada lección por su manera de enseñar. Y es que un buen profesor puede marcar la diferencia para un estudiante si consigue conectar con él y transformar la materia en algo interesante y relevante para este, ya que no se trata solo de saber mucho de la materia, sino sobre todo, de saber transmitirlo a los alumnos.
Para ser un buen profesor, y más concretamente un buen profesor de idiomas, son necesarias algunas habilidades concretas que te contamos a continuación y que puedes reforzar con nuestros cursos de preparación para profesores de idiomas.
¿Cuáles son las principales aptitudes para ser un buen profesor de idiomas?
1- Tener un conocimiento amplio y profundo del idioma a impartir
Esta primera aptitud es el requisito mínimo exigible a cualquier persona que desee ejercer la docencia: conocer en profundidad la materia, y en este caso, hablar en nivel experto la lengua que pretende impartir. Probablemente no va a hablarlo como un nativo, pero cuanto más se aproxime a ello, mejor.
Además, cuánto mejor si es una persona formada en la docencia, capaz de aplicar métodos de enseñanza eficaces y acordes con las necesidades de aprendizaje propias de sus alumnos.
2- Poseer capacidad para motivar a sus alumnos
Aprender un idioma requiere mucho esfuerzo, y en ocasiones la motivación baja ya que no vemos grandes progresos. Un profesor comprometido con sus alumnos, capaz de sacar lo mejor de cada uno de ellos y de mantener un vínculo emocional con ellos tendrá más posibilidades de estimularlos y motivarlos, y este será un pilar fundamental en el aprendizaje óptimo del idioma. Descubre también aquí los mejores consejos para no perder la motivación al aprender un idioma.
3- Ser una persona con creatividad y pasión por la enseñanza
Parte del trabajo de un buen maestro es hacer que sus clases sean entretenidas y divertidas a la vez que educativas, por ello un buen docente debe ser creativo y preparar actividades o enfocar las clases de manera diferente.
Poniéndole un poco de imaginación, una clase rutinaria puede transformarse en una lección interesante y esa pasión por la enseñanza que debe poseer la transmitirá a sus alumnos y les hará el aprendizaje mucho más intenso.
4- Ser paciente
Los profesores también son humanos y por ello, en algunas ocasiones, pueden sentirse frustrados o incluso perder los nervios en determinadas situaciones que pueden darse en las clases: alumnos distraídos, con pocas ganas de estar ahí, que molestan al resto etc.
Un buen profesor es una persona paciente, que debe entender que estas situaciones pueden darse en cualquier momento y debe ser capaz de sobreponerse a ellas. Por otro lado, es necesario que deje claro a sus alumnos que pueden preguntar lo que sea y tantas veces como lo necesiten, nadie nace enseñado, y por muy tonta que sea la pregunta, el maestro debe dar la confianza para que le pregunten. Irse con dudas a casa es lo peor que puede suceder en una clase.
5- Ser capaz de inspirar y fomentar el autoconocimiento del alumno
Un profesor capaz de inspirar es una joya. Porque el alumno va a querer saber más y más del tema, por lo que el estudio del idioma no se va a limitar a la clase o a los deberes que el docente le pueda imponer, si no que va a tener interés por seguir aprendiendo por su cuenta, leer libros en ese idioma, ver series en versión original y todos los recursos que están hoy en día en su mano para seguir aprendiendo.
6- Practicar una escucha activa
Un profesor está en contacto directo y permanente con sus estudiantes los cuales están mandando mensajes de manera permanente. Estos mensajes se pueden oír, si son orales, pero también se pueden leer en la expresión de sus caras, su tono de voz, su participación, sus gestos, su postura o su mirada.
El docente que hace un esfuerzo por escuchar de manera consciente a sus pupilos tendrá un conocimiento de ellos mucho mayor a la hora de reorientar el curso: fijar nuevos objetivos, elegir los materiales más acordes, planificar sus clases y crear dinámicas. La escucha activa es un paso fundamental para una comunicación eficaz.
7- Saber hacer uso de los recursos que tiene en su mano hoy en día
Hasta hace algunos años, las clases de los profesores de idiomas solo se podían limitar a libros de ejercicios, cassettes y las propias lecciones orales del profesor. Hoy en día, afortunadamente, hay un gran abanico de recursos didácticos que hacen de la enseñanza de los idiomas un mundo mucho más rico y entretenido. Video de Youtube, podcasts, trozos de series…una amalgama de materiales que, mezclados con los tradicionales, pueden servir de mezcla perfecta para un equilibrado y óptimo aprendizaje del idioma.
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